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Sobre la represión a Askapena y al MLNV

En 2010 la organización vasca Askapena tuvo que hacer frente a un duro golpe represivo por parte del Estado español. El resultado fue la detención de 8 de sus militantes a manos del CNP y la encarcelación de varios de ellos durante un periodo de 6 meses.

La actividad de Askapena desde su nacimiento en 1987 se ha centrado tanto en la actividad solidaria con la causa de otras naciones y pueblos oprimidos, como en la tarea de poner en conocimiento, allá donde la actividad generada por sus brigadas tuviera alcance, las circunstancias históricas y políticas del conflicto que sacude a la nación vasca.

Los militantes de Askapena se enfrentan a una petición fiscal de 6 años de prisión y la ilegalización de la propia Askapena, de la «konpartsa» Askapeña y de otras dos asociaciones cuya actividad solidaria es denominada por el Estado como «criminal».

La represión ejercida por el Estado contra el MLNV u organizaciones pertenecientes a la Izquierda Abertzale no ha cesado. Esta se ciñe sobre decenas de jóvenes por su militancia independentista que continúan siendo encarcelados, sobre numerosos abogados debido a su actividad jurídica en favor de los presos políticos, o sobre los militantes de Askapena como es el caso. Todavía existen macrojuicios pendientes como el que juzgará la actividad política de Batasuna, EHAK o ANV, y son muchos los presos políticos encarcelados que aún deben pasar delante de los jueces de la audiencia nacional.

El Estado no entiende de perdón y hará uso de la maquinaria represiva para hacer prevalecer su ley. Esto lo hemos comprobado recientemente en Gasteiz, donde una parte de la juventud que se organiza políticamente ha sido víctima de esa represión por parte de la policía autonómica vasca, independientemente del mero simbolismo de las acciones llevadas a cabo y de la estrategia de desobediencia civil que perseguían. Desde aquí, toda nuestra solidaridad con los militantes detenidos, tanto en esta, como en otras acciones de desobediencia civil.

El Estado, como organización política que representa los intereses de la clase burguesa en el poder, debe hacer prevalecer y cumplir las normas estipuladas por la clase que ejerce su control; en este caso la burguesía española, representante de los grandes monopolios. Frente a la violencia del Estado no existe otra respuesta más que la organización tenaz de la clase obrera, siendo consciente de que solo la lucha que sea llevada a un estadío superior de confrontación puede ejercer un cambio revolucionario en la estructura de poder.

Frente a la represión del Estado, nuestro deber es luchar y desarrollar una solidaridad activa para con todos aquellos que sufran embistes represivos por su actividad política, solidaria o revolucionaria.

¡¡¡STOP REPRESIÓN!!!

¡¡¡CONTRA SU REPRESIÓN SOLIDARIDAD OBRERA!!!

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