EN RESPUESTA A LA CAMPAÑA DE CRIMINALIZACIÓN DEL PERIÓDICO DIGITAL “EL DEBATE”
Bajo el título «Un campamento comunista paramilitar adiestra en guerrilla urbana a decenas de jóvenes para hacer la revolución», el periodista Daniel Martín redacta una noticia plagada de mentiras que únicamente puede conducir a error al lector.
No nos sorprende este ataque, todos los años es recurrente que la prensa subvencionada al servicio del sistema se dirija a manipular a la opinión pública. La intencionalidad es clara: verter sobre el Partido Marxista-Leninista (Reconstrucción Comunista) todo tipo de calumnias, tales como la naturaleza paramilitar del campamento, vincular la práctica de las artes marciales con técnicas de combate de una guerrilla urbana, e incluso se afirma «el combate cuerpo a cuerpo con armas blancas» respecto a lo que no es otra cosa que equipamiento básico de defensa personal, habitual en cualquier gimnasio.
No es casual ni inocente la tergiversación de los hechos y la sobreactuación dramática de los mismos. Se pretende crear un clima propicio para la ilegalización de nuestro partido por el simple hecho de ser comunista y no estar domesticado por la izquierda en el poder.
Además de pretender la ilegalización del partido, constantemente se vincula al Frente Obrero, referencia incluida a los 50.000 votos que cosecharon en las elecciones del 23J, con la organización de este campamento para dañar la imagen del mismo a partir de falsificar la realidad. Si bien nuestro partido comunista realiza agitación política en el Frente Obrero, esto no convierte a este movimiento político en parte integrante de nuestra organización.
Es imperativo realizar una serie de aclaraciones:
En primer lugar, se dice en el artículo que el responsable del campamento comunista es la Juventud del Frente Obrero, siendo esto totalmente falso. La Juventud del Frente Obrero no existe.
Este campamento comunista se organiza por parte de la Juventud Marxista-Leninista (Reconstrucción Comunista), totalmente independiente del Frente Obrero.
En las propias imágenes que reporta el periodista se referencia que la fuente de las mismas es la propia Juventud Marxista-Leninista (Reconstrucción Comunista), así como las declaraciones que extrae de nuestros militantes, que se encuentran en el canal de YouTube de nuestro partido y no en redes del Frente Obrero.
Reiteramos que el Partido Marxista-Leninista (Reconstrucción Comunista) es un partido político soberano e independiente, con personalidad jurídica propia, que tiene su origen en 2009, nueve años antes de la existencia del Frente Obrero. Entre ambas no existe relación orgánica ni dependencia alguna; por su propia esencia tienen diferentes finalidades, programas políticos y responden a ideologías bien diferenciadas.
En segundo lugar, se dice que el Frente Obrero es «heredero del ilegalizado temporalmente por organización criminal Partido Marxista-Leninista (Reconstrucción Comunista)». “El Debate” confunde sus deseos con la realidad. Nadie puede heredar nada, porque el Partido Marxista-Leninista (Reconstrucción Comunista) está en alza, vivo y fortaleciéndose.
En enero de 2016, la Audiencia Nacional, un tribunal político de excepción, resolvió nuestra «ilegalización» durante un año, con una investigación secreta y sin derecho a réplica, porque dos militantes nuestros entraron en combate contra el DAESH en Siria. No nos acomplejamos, sacamos pecho y en ningún momento bajamos la guardia. Resultó que el partido fue absuelto de todo, conforme tuvimos posibilidad de defendernos.
Este montaje policial resultó infructuoso y el partido fue absuelto de todos los cargos, por sentencia de 2018. Cinco años después, Daniel Martín se permite manipular sentencias judiciales.
Por todo lo expuesto, tomaremos todas las acciones legales de orden civil y penal frente al periodista Daniel Martín y el medio “El Debate”.
El Partido Marxista-Leninista (Reconstrucción Comunista) tiene un programa revolucionario, es defensor del socialismo y sus principales figuras, tiene como ideología el marxismo-leninismo, y nada ni nadie va a cambiar esta realidad.
No rehuimos la confrontación.
Los principios vencen.